TRAVIS HOPPER – All the lights in the city tonight (2006)
¿Os apetece una maravillosa sesión de ese pop rock melódico y elegante, de guitarras cristalinas con algunos ramalazos folkies, de viñetas algo nostálgicas y otoñales y cierta inclinación perdedora? Pues si es así, aquí tenéis esta pequeña joya que responde al nombre de All the Lights in the City Tonight, a cargo de este intérprete y compositor norteamericano llamado Travis Hopper, publicado este año 2006.
Pues bien amigos, la verdad es que llevo ya unos días tan enganchado a la inmediatez de este disco, a su naturalidad melódica y sus grandes canciones, que tenía que hablaros de él. Estamos ante diez “bonitas” y pegadizas canciones que exhalan autenticidad, frescura y emoción. Un disco de esos que se disfrutan mejor con el ánimo calmado y la expresión cansina, detrás de unos cristales saturados de vaho donde irrumpe con cierta pereza esa nostálgica llovizna. Pop rock cercano y cálido, de gran intensidad vital, que no levantará barricadas revolucionarias pero si removerá sentimientos. No pierdas a tu chica comienza una guerra. De eso podría tratarse, aunque quizás, la mejor descripción del disco es la que Travis Hopper utiliza en su página web para hablar sobre su admiración por el sonido Motown: canciones que tratan sobre el día a día, y que aunque suenan engañosamente simples están llenas de detalles. Sí, eso es, así es este disco.
All the Lights in the City Tonight, es el disco de debut de Travis Hopper, un tejano afincado en Dallas, con pinta de buen tipo, que tras romper con casi todo lo que tenía, su chica y su anterior grupo llamado The Americanos, decidió soltar todo ese lastre emocional en forma de estas pequeñas viñetas sonoras, que el productor local Salim Nourallah ayudó a pulir en el estudio a finales de 2004 y comienzos del 2005, y que acabaron conformando este excelente disco.
Un disco que suena un poco a new wave americana vía Plimsouls o Paul Collins (Should’ve been in love, Tietze park, Saturday Night Christmas Lights, Can’t tell you way), al folk rock eléctrico que últimamente nos regala Paul Westerberg o el que nos regaló en su día ese desconocido que estamos empeñados en reivindicar y que fue PF. Sloan (I can’t take being without you, Never get through –con una preciosa armónica- Where the streets remain), o a ese folk-pop-country al estilo de los imprescindibles Wilco (Wildfire, I’d like to have you here).
Sin duda una de los grandes discos de lo que va de año, un disco sin desperdicio, que debería estar en más de una de esas listas que empiezan a confeccionarse por estas fechas.
Publicado el 14/11/2006 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera
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