TOCO – Memoria (2014) / Un delicado tratado de bossa
Ya con los primeros acordes de la maravillosa Minas uno empieza a sumergirse en esa cálida y
sensual atmósfera que siempre ha caracterizado a la bossa nova, a
degustar sus finos acordes, sus elegantes melodías, y a dejarse
llevar por esa evocadora y meláncolica “saudade” que suele
envolverle. Unos cautivadores acordes de atemporal bossa, que
presagian un fascinante reencuentro con este cantante e intérprete
brasileño llamado Toco, un personaje capaz de capturar con suma
exquisitez aquella seductora fragilidad que irradiaban las viejas
composiciones de Jobim, Joao Gilberto o Bonfá.
Han pasado siete años desde que Toco nos deslumbrara con aquel maravilloso tratado de luminosa
bossa nova titulado Outro Lugar, y ahora, cuando casi habíamos
perdido la esperanza de reencontrarnos con él y de saborear nuevos
temas de su elegante bossa, va y nos sorprende con este nostálgico
disco titulado Memoria. Un íntimo viaje hacia los recuerdos y
vivencias de su infancia, en el interior de Brasil, que nos muestra
su lado más personal e introspectivo, con un sonido sensual y
sinuoso que fluctúa entre lo misterioso y lo luminoso, lleno de
matices y recovecos, en el que las suaves percusiones, los vientos y
las cuerdas juegan un papel primordial a la hora de modelar esas
sinuosas y exquisitas melodías perfiladas alrededor de la guitarra
de Toco, y del peculiar sonido de ese piano Fender Rhodes (o Wurlitzer) que tan
magistralmente toca Eduardo Taufic, y que protagoniza gran parte del
disco.
Sin duda Memoria es un gratificante y adictivo
disco de este genio de la bossa actual que responde al nombre de Toco, en cuya vertiente más nostálgica nos encontramos temas de
una evocadora y misteriosa melancolía como Cigana, un bello canto
espiritual trufado de bossa y de jazz, enriquecido por la cálida voz
de Nina Miranda. Una melancolía que también envuelve a
estas pequeñas joyas tituladas Vendaval, Versos Perdidos, y O e Tempo
Aqui, tres hermosas bossas de percusiones latinas y tensas atmósferas
de tinte cinematográfico, brillantemente ejecutadas a través de
unos adictivos acordes de piano, viento y chelo, que forman parte de
mis temas favoritos del disco. Y todo esto sin olvidarnos de Bate,
quizás el tema más íntimo y tierno del disco, en el que las
cuerdas juegan un papel estelar.
Es indudable que ese áurea
melancólica predomina en el disco, lo que no impide la aparición de
soleados claros como las hermosas Minas y Divino, dos delicadas
bossas de finos trazos que irradian una sensual y ensoñadora
atmósfera, que parece agitarse definitivamente con el toque soul y
algo groove de Mané, además de con el contagioso ritmo jazz-samba que
envuelve a Rainha, Sem Par y Meu Rio.
Un
atractivo conglomerado de bossanova y jazz-samba, con un cuidado y
espectacular sonido. Un disco publicado en este 2014 por el carismático sello
italiano Schema Records, con la producción de Stefano Tirone, su
productor habitual, y con la participación del cuarteto de cuerda String
Island Quartet y de
un numeroso elenco de músicos brasileños como Eduardo Taufic
(piano y Fender Rhodes), Mauro Martins (batería), Edu Hebling
(bajo), Marquinho Baboo (percusión), y Ligiana Costa (voces y
coros), Nina Miranda (voces y coros) e incluso el grupo de folk
brasileño Selton, que aparecen en ese vibrante Breque Bom que dicho
sea de paso se escapa de todo lo dicho hasta ahora, ya que más que
bossa o jazz samba, es un trepidante tema de pop brasileño.
Toco fue parte importante del renacimiento de la bossa a mediados de la década pasada. Afortunadamente parece que podemos seguir contando con sus discos y su talento para mantener viva la magia de la bossa nova,
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