CELSO FONSECA – Natural (2003, Ziriguiboom) / Bossa nova en estado puro
Natural de Celso Fonseca es un perfecto ejercicio de bossa nova en su estado más puro y sensual. Una auténtica joya de la bossa del siglo XXI, que aglutina toda su embaucadora belleza, elegancia y calidez. Doce temas exquisitos, de ensoñadoras melodías con un cierto toque jazzy, que dotan al disco de una envolvente atmósfera llena de ternura e intimidad y que recuperan con total maestría el cálido aroma que desprenden los viejos vinilos de Joao Gilberto y Antonio Carlos Jobim, aquellos que iniciaron el discurrir de la bossa a finales de los 50 y primeros sesenta.
Cálido, elegante, emotivo y sensual son quizás los adjetivos que mejor describen este disco, en el que resplandecen con luz propia sus adictivas composiciones. Esas bellas y evocadoras melodías que disparan tus emociones con total naturalidad hacia una lejana dimensión, hacia un espectro de singular belleza donde priman el sosiego y los placeres más sensuales.
Natural es un singular viaje que se inicia con la deliciosa Bom Sinal. Una pequeña maravilla que deja patente uno de los aspectos que más nos asombra de este maravilloso disco de Celso Fonseca: la frescura y desnudez de su sonido. Un sonido minimalista, y parco en arreglos, que potencia esa sensación de intimidad, moldeado por la guitarra y la tierna voz de Celso Fonseca, unas suaves percusiones y ese sinuoso piano, que refuerza la melodía y aporta ese aire jazzy y cool tan característico al disco, en temas como el ya mencionado Bom Sinal, Slow Motion Bossa Nova, The Night We Called It A Day, y Febre, en el que además nos encontramos el cálido saxo de Jessé Sadock, toda una rareza en la discografía de Celso Fonseca.
Un minimalismo sonoro que se acentúa en las bossas más emotivas del disco, esas que prescinden de piano y saxo, y dibujan sus adictivas melodías exclusivamente alrededor de guitarra, voz y suaves percusiones. Cálidas bossas de rotunda belleza que pululan entre el ritmo pausado de Sem Resposta, Meu samba torto y Teu sorriso, y el aire vivaz y saltarin de A origen da felicidade, Minha Dalva De Oliveira y Ela Carioca, versión del clásico de Jobim y Vinicious de Moraes, en la que junto a Celso Fonseca, aparece en los coros, la cantante brasileña Cibelle.
Quizás algo alejados del tono más clásico de la bossa se encuentran los dos temas instrumentales y más rítmicos del disco, Consolaçao y Buteco 2. Consolaçao, versión del clásico de Badem Powell y Vinicius de Moraes, es un instrumental de vivas percusiones y alegre guitarra. Mientras que en Butéco 2, Celso Fonseca zizaguea con su guitarra alrededor de unas poderosas percusiones, con un estilo que nos recuerda al de Luiz Bonfá, otro de los maestros de la bossa y la samba brasileña.
Natural fue publicado en el 2003 por el sello Ziriguiboom, y supuso la consagración de Celso Fonseca como el gran baluarte de la bossa del siglo XXI. Una obra maestra de la bossa, un disco indispensable que todo amante de estos sonidos debería degustar una y otra vez.
Cálido, elegante, emotivo y sensual son quizás los adjetivos que mejor describen este disco, en el que resplandecen con luz propia sus adictivas composiciones. Esas bellas y evocadoras melodías que disparan tus emociones con total naturalidad hacia una lejana dimensión, hacia un espectro de singular belleza donde priman el sosiego y los placeres más sensuales.
Natural es un singular viaje que se inicia con la deliciosa Bom Sinal. Una pequeña maravilla que deja patente uno de los aspectos que más nos asombra de este maravilloso disco de Celso Fonseca: la frescura y desnudez de su sonido. Un sonido minimalista, y parco en arreglos, que potencia esa sensación de intimidad, moldeado por la guitarra y la tierna voz de Celso Fonseca, unas suaves percusiones y ese sinuoso piano, que refuerza la melodía y aporta ese aire jazzy y cool tan característico al disco, en temas como el ya mencionado Bom Sinal, Slow Motion Bossa Nova, The Night We Called It A Day, y Febre, en el que además nos encontramos el cálido saxo de Jessé Sadock, toda una rareza en la discografía de Celso Fonseca.
Un minimalismo sonoro que se acentúa en las bossas más emotivas del disco, esas que prescinden de piano y saxo, y dibujan sus adictivas melodías exclusivamente alrededor de guitarra, voz y suaves percusiones. Cálidas bossas de rotunda belleza que pululan entre el ritmo pausado de Sem Resposta, Meu samba torto y Teu sorriso, y el aire vivaz y saltarin de A origen da felicidade, Minha Dalva De Oliveira y Ela Carioca, versión del clásico de Jobim y Vinicious de Moraes, en la que junto a Celso Fonseca, aparece en los coros, la cantante brasileña Cibelle.
Quizás algo alejados del tono más clásico de la bossa se encuentran los dos temas instrumentales y más rítmicos del disco, Consolaçao y Buteco 2. Consolaçao, versión del clásico de Badem Powell y Vinicius de Moraes, es un instrumental de vivas percusiones y alegre guitarra. Mientras que en Butéco 2, Celso Fonseca zizaguea con su guitarra alrededor de unas poderosas percusiones, con un estilo que nos recuerda al de Luiz Bonfá, otro de los maestros de la bossa y la samba brasileña.
Natural fue publicado en el 2003 por el sello Ziriguiboom, y supuso la consagración de Celso Fonseca como el gran baluarte de la bossa del siglo XXI. Una obra maestra de la bossa, un disco indispensable que todo amante de estos sonidos debería degustar una y otra vez.
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