THE ROLLING STONES - Flowers (1967)
Publicado el 24/02/2006 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera
Flowers fue uno de esos discos recopilatorios de los Stones, que Andrew Loog Oldham, su manager y productor en aquellos días, se inventó en los primeros años de los Stones, supongo que para rentabilizar más los temas del grupo, mantenerlos en el candelero y aprovechar su momento dorado. Apareció en Junio del 67, tras el fantástico Between the Buttons sacado a la venta en Enero de ese mismo año y unos pocos meses antes del excesivo y alucinado Their Satanic Majesties Requests, que vió la luz en Noviembre. Por todo lo dicho, podríais pensar que es un disco innecesario y que no aporta nada nuevo a la discografía de sus satánicas majestades, sobre todo, si añadimos a lo dicho, que el grueso de Flowers está compuesto por temas ya incluidos en el imprescindible Aftermath, editado en el 66 y en el ya mencionado Between the Buttons.
¿Y entonces que hacemos hablando de este disco? ¿Es realmente innecesario? Para mi no. Es más, es uno de los discos que más disfruto de los Stones. ¿Porqué? Porque, el conjunto de canciones incluidas en estos surcos, es sencillamente asombroso y aborda un amplio espectro musical que contempla retazos de psicodelia , pop, R&B e incluso de soul , dando una imagen perfecta de lo que los Stones ,de la mano de Brian Jones y Andrew Loog Oldham, fueron capaces de producir, entre el 66 y el 67, para mi uno de sus momentos álgidos en cuanto a creatividad, aunque no de ventas.
Flowers es un disco que te atrapa desde el comienzo, desde los primeros acordes de Ruby Tueday, y su ensoñadora melodía casi renacentista, que la flauta Brian acaricia con extremada delicadeza desde el principio hasta el fin. Es un disco que te enamora y deleita con canciones tan tiernas como Lady Jane, con su descarnada y al mismo tiempo delicada guitarra, acompañada de ese melancólico clavicordio. Pero también es un disco que te hace saltar y vibrar con la desgarrada Have You Seen Your Mother , Baby, Standing in the Shadow?, con sus afiladas guitarras y desmadrados vientos, o con el ritmo penetrante y machacón de Mother’s little helper o la arrogante fiereza de Let’s Spend the Night Together.
Insisto, Flowers es un disco redondo, cuyo principal activo son las estupendas canciones aquí incluidas, que se van sucediendo sin darte respiro, pasando sin previo aviso del lado más melódico y sensible al lado más salvaje y arrogante. Canciones que abordan un espectro musical que pasa de estructuras de descarada y adictiva psicodelia pop a actualizados arrebatos de R&B. En definitiva, grandes canciones, canciones majestuosas y atemporales, de esas que te ponen la piel de gallina, y que nunca me cansaré de tatarear, como Out Of Time, ocultas maravillas de una elegancia y ternura asombrosas como Backstreet girl (precioso el acordeón que nos toca Brian) o Take it or Leave it y emocionantes y perfectas melodías pop, abandonadas en su día y afortunadamente recuperadas aquí ,como Ride on Baby y Sittin’ on a Fence, los dos temas que cierran el disco, recuperados de las sesiones de Between The Buttons y Aftermath, respectivamente.
Aunque pienso que tanto Aftermath como Between The Buttons son dos discos, digamos que imprescindibles, de esos que hay que tener, creo que si aún no conoces esta etapa de los Rolling Stones y estás interesado en conocerla, podrías empezar por Flowers, y a lo mejor te llevas una grata sorpresa.
Flowers fue uno de esos discos recopilatorios de los Stones, que Andrew Loog Oldham, su manager y productor en aquellos días, se inventó en los primeros años de los Stones, supongo que para rentabilizar más los temas del grupo, mantenerlos en el candelero y aprovechar su momento dorado. Apareció en Junio del 67, tras el fantástico Between the Buttons sacado a la venta en Enero de ese mismo año y unos pocos meses antes del excesivo y alucinado Their Satanic Majesties Requests, que vió la luz en Noviembre. Por todo lo dicho, podríais pensar que es un disco innecesario y que no aporta nada nuevo a la discografía de sus satánicas majestades, sobre todo, si añadimos a lo dicho, que el grueso de Flowers está compuesto por temas ya incluidos en el imprescindible Aftermath, editado en el 66 y en el ya mencionado Between the Buttons.
¿Y entonces que hacemos hablando de este disco? ¿Es realmente innecesario? Para mi no. Es más, es uno de los discos que más disfruto de los Stones. ¿Porqué? Porque, el conjunto de canciones incluidas en estos surcos, es sencillamente asombroso y aborda un amplio espectro musical que contempla retazos de psicodelia , pop, R&B e incluso de soul , dando una imagen perfecta de lo que los Stones ,de la mano de Brian Jones y Andrew Loog Oldham, fueron capaces de producir, entre el 66 y el 67, para mi uno de sus momentos álgidos en cuanto a creatividad, aunque no de ventas.
Flowers es un disco que te atrapa desde el comienzo, desde los primeros acordes de Ruby Tueday, y su ensoñadora melodía casi renacentista, que la flauta Brian acaricia con extremada delicadeza desde el principio hasta el fin. Es un disco que te enamora y deleita con canciones tan tiernas como Lady Jane, con su descarnada y al mismo tiempo delicada guitarra, acompañada de ese melancólico clavicordio. Pero también es un disco que te hace saltar y vibrar con la desgarrada Have You Seen Your Mother , Baby, Standing in the Shadow?, con sus afiladas guitarras y desmadrados vientos, o con el ritmo penetrante y machacón de Mother’s little helper o la arrogante fiereza de Let’s Spend the Night Together.
Insisto, Flowers es un disco redondo, cuyo principal activo son las estupendas canciones aquí incluidas, que se van sucediendo sin darte respiro, pasando sin previo aviso del lado más melódico y sensible al lado más salvaje y arrogante. Canciones que abordan un espectro musical que pasa de estructuras de descarada y adictiva psicodelia pop a actualizados arrebatos de R&B. En definitiva, grandes canciones, canciones majestuosas y atemporales, de esas que te ponen la piel de gallina, y que nunca me cansaré de tatarear, como Out Of Time, ocultas maravillas de una elegancia y ternura asombrosas como Backstreet girl (precioso el acordeón que nos toca Brian) o Take it or Leave it y emocionantes y perfectas melodías pop, abandonadas en su día y afortunadamente recuperadas aquí ,como Ride on Baby y Sittin’ on a Fence, los dos temas que cierran el disco, recuperados de las sesiones de Between The Buttons y Aftermath, respectivamente.
Aunque pienso que tanto Aftermath como Between The Buttons son dos discos, digamos que imprescindibles, de esos que hay que tener, creo que si aún no conoces esta etapa de los Rolling Stones y estás interesado en conocerla, podrías empezar por Flowers, y a lo mejor te llevas una grata sorpresa.
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