DAVID RUFFIN - David Ruffin (1973)

David Ruffin no atravesaba su mejor momento en 1973. Atrás quedaban sus grandes éxitos de la segunda mitad de los 60, con los Temptations, pruebas irrefutables de su talento y poderío interpretativo, que lo encumbraban como uno de los vocalistas más emotivos y desgarrados que produjo Motown.

 La aventura en solitario que había iniciado en 1969 tras la ruptura con los Temptations, sin el benéplacito de Berry Gordy, patriarca de Motown, estaba en punto muerto desde dos años atrás, cuando el que iba a ser su tercer disco “David”, fue lamentablemente congelado por los gerifaltes de Motown. Aunque sus dos primeros discos en solitario, My Whole World Ended y Feelin' Good, no habían funcionado demasiado mal, llegando incluso el primero a alcanzar el número uno en las listas de R&B de USA, David Ruffin ya no tenía la confianza del equipo directivo de Motown. De alguna forma fue relegado a ese minusvalorado batallón de la segunda división del sello de Detroit, que sin embargo tantos momentos memorables nos ha deparado.

Y en este difícil contexto, David Ruffin consiguió sacar a la luz en 1973 este fantástico disco autotitulado David Ruffin. Un album para el que tuvo la fortuna de coincidir con el ingenio y el talento de un recién llegado al sello, Bobby Miller, productor y autor de prestigio, con varios éxitos a sus espaldas en el sello Chess, principalmente junto a The Dells, para quiénes escribió el fantástico "Stay in My Corner” junto a Barrett Strong y Wade Flemons.

Miller es sin duda parte fundamental de este disco de David Ruffin. Lo produce, y firma la casi totalidad de sus temas. Pero quizás su mayor logro sea el sonido limpio y directo que consigue en el album. Una vuelta a los orígenes del soul más primario, desprovisto de los excesos en los arreglos, tan habituales en aquella época, y en el que la voz melodrámatica y rasgada de David Ruffin brilla con todo su esplendor, modulando cada sílaba con una emotividad y ternura irresistibles, como si del maestro Sam Cooke se tratara. Una referencia que aparece claramente en varios de mis temas favoritos del disco, los deliciosos y trotones There Will Always Be Another Song To Sing y I'm Just A Mortal Man, y en esas desgarrada baladas tituladas A Little More Trust y Common Man. Pequeñas maravillas que todo amante del soul degustará con placer.



Pero si hablamos de joyas, de temas que deberían estar en el olimpo del soul, no podemos olvidarnos de ese fantástico The Rovin' Kind que abre el disco. Una melodía perfecta, moldeada por unos adictivos acordes de guitarra, que lideran un tema irresistible, de ritmo contenido pero en constante crescendo, exuberante y envuelto en comedidos y elegantes arreglos de cuerda, al que David Ruffin insufla sorprendentes dosis de emotividad. Una auténtica maravilla que amplifica las ganas de adentrarse en este disco, en el que además de los temas firmados por Bobby Miller, nos encontramos un par de versiones de clásicos del soul de la época, acertadamente interpretados por David Ruffin. Hablamos de (If Loving You Is Wrong) I Don't Want To Be Right, de The Emotions y I Miss You (Part 1) de Harold Melvin And The Bluenote. Dos estilos contrapuestos, Stax y Philadelfia que David Ruffin hace suyos con total naturalidad en un disco redondo, que finaliza de una forma impecable con ese infeccioso A Day In The Life, Of A Working Man. Clásico sonido Motown para finalizar este album algo olvidado e infravalorado por la prensa, al que colocaría sin dudar muy arriba en la discografía de David Ruffin.

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