CORIN ASHLEY - New Lion Terraces (2013) / La perfecta conjunción entre el pop-rock y la psicodelia pop
Parece imposible, pero lo es. Corin Ashley ha conjugado con suma maestría en este fantástico New Lion Terraces toda la fuerza y la belleza de ese pop-rock vigoroso, que
sin embargo, no desprecia los ritmos más atemperados, las armonías
vocales, los elegantes arreglos, ni las intrincadas melodías que
coquetean con la psicodelia más luminosa. El disco fue grabado en
Londres, en los míticos estudios Abbey Road, en cintas de 8 pistas y
con los micros que usaron los Beatles, y parece estar imbuido por la
aureola de aquel sonido órganico, visceral y colorista que sobrevoló
los estudios a mediados de los 60, durante la grabación de discos
como Evolution de los Hollies, o Revolver de los Beatles. Dos
referencias que me vienen inevitablemente a la cabeza cada vez que
escucho el disco, y a las que podría añadir el fabuloso Would you believe de Billy Nicholls, o aquel adictivo primer disco de
Badfinger, Magic Christian Music.
Referencias, todas ellas, de alto contenido melódico, y poderosas armonías vocales, que desarrolladas bajo el tamiz del pop-rock, definen a la perfección un disco, que sorprende por la claridad y rotundidad de su sonido, por la intensidad y el empuje con la que está interpretado, además de por la amplitud sonora que le otorgan el variado ramillete de instrumentos, que acompañan a guitarras, bajo y batería, y que llenan de matices cada uno de los temas del disco: melotrones, claves, órganos, trombones, tubas, pianos, mandolinas, violines y chelos, que enriquecen el aspecto más melodioso de un disco, ya de por si exquisito. Pero insisto, el gran acierto de Corin Ashley en este New Lion Terraces, es dotar a toda esa belleza melódica, de una inusitada intensidad sonora. Se nota el entusiasmo que pone en cada acorde, en cada giro vocal, su pasión por unas canciones que parecen agrandarse bajo el espectro de ese momento especial, el de tocar y grabar en los legendarios estudios Abbey Road. Un sueño cumplido, para este trotamundos de la música, de origen bostoniano, amante de los Beatles, Harry Nillson y de las épicas producciones pop, que a comienzos de los 60 se producían en el Brill Building de New York. Un personaje que inició su bulliciosa carrera musical a mediados de los 90 con los vitamínicos The Pills (un grupo a descubrir) y que ahora en solitario, se nos muestra como un exquisito “gourmet” del mejor pop-rock, con dos arrebatadores discos, Songs from the brill bedroom, editado en 2006, y nuestro protagonista de hoy, New Lion Terraces, publicado en Abril de 2013.
Un disco tan añejo y tierno, como
actual desgarrado, que deberías apresurarte a degustar. No lo dudes,
ve a por él, y sumérgete en su pop-rock de suaves texturas psicodélicas. Escucha la dulzura de los acordes de la guitarra con
los que se inicia Badfinger Bridge, su excelencia melódica, la
pasión con la que Corin Ashley la interpreta, cómo las notas de
piano van moldeando una soberbia melodía que finalmente se ve
engullida por unos deliciosos arreglos de cuerda. Un medio tiempo
deliciosamente “beatle”, que repite esos cautivadores parámetros
de ascendencia piscodélica, y barrocos arreglos, en las bellas
Eyeshine, God Shaped Hole, y New Lion Terraces, todas ellas,
sinuosas y embaucadoras melodías de pura orfebrería pop, de un
disco que va elevando el alboroto eléctrico de sus guitarras, sin
perder la efectividad de sus estribillos, con temas vibrantes pero
igualmente adictivos, como esas tres maravillas tituladas Sgt.
Sunshine, Marianne y Geez Louise, y que quizás signifiquen la cima
de este disco. O con la punzante Second hand halo, y su pegajoso
bajo, tomado prestado del Taxman de los Beatles, que da entrada a una
demoledora melodía, de esas que van y vienen, un medio tiempo que
acelera y desacelera cuando menos te lo esperas, con su bullicioso
órgano y esa poderosa base rítmica, que en ocasiones me recuerdan
al primer Costello. Otra referencia más para este exquisito conjunto
de canciones, que tiene su punto diferencial en la fantástica On
the ledge, una pequeña maravilla algo más acústica y campestre,
dirigida por una deliciosa mandolina, que escapa de los aderezos
psicodélicos, para adentrarse en la imaginería rock de los Faces
menos grasientos, es decir, aquellos que lideraba nuestro admirado
Ronnie Lane.
Un disco irresistible, que demuestra la
categoría compositora de Corin Ashley, autor de la totalidad de los
temas, en el que descubrimos la participación de músicos del
calibre de Dave Mattacks, un excelente batería que participó en
discos de Paul McCartney, Nick Drake y XTC, Kay Hanley de Letters To
Cleo (and Josie And The Pussycats!), Ken Stringfellow de los Posies,
y Ed Ball que formó parte de The Times, una de mis bandas favoritas
de la new wave de los 80.
No me gusta proclamar este tipo de
cosas, pero sin duda New Lion Terraces forma parte de los mejores
discos de pop rock que se publicaron en el año 2013. ¿A que esperas para
escucharlo y darnos tu opinión al respecto?

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