EARTH OPERA – Earth Opera (1968) / Un sentido retazo de folk-rock psicodélico
En este meláncolico disco de Earth Opera, publicado en 1968, hay un halo hipnótico y evocador que
se desprende de sus surcos, que te incita
a redescubrirlo una y otra vez, a degustarlo con sumo esmero, a
inmiscuirte perezosamente entre sus intrincadas melodías, y
enigmáticas atmósferas de ligeros tonos psicodélicos. Si, una
psicodelia liviana y envolvente, que matiza y embellece este
ensoñador disco que gravita alrededor del folk-rock de finales de
los 60, y que significó la puesta en escena de esta banda
americana, procedente de Boston, denominada Earth Opera.
Un disco que parece cocinarse a fuego lento, y que se va apoderando de ti, poco a poco, escucha tras escucha. Primero a través de sus temas más luminosos y accesibles, con canciones de una atractiva delicadeza como When You Were Full of Wonders y Close Your Eyes And Shut the Door, dos preciosos medios tiempos cortados por el mismo patrón, delineados ambos, por una sinuosa guitarra salpicada por unas sugerentes notas de un sinuoso vibráfono de Bill Stevenson. Dos temas sumamente exquisitos que podrían acercarse a la idiosincrasia sonora de los Lovin Spoonful más melódicos, y que comparten brillantez y adherencia sonora con estos tres temas, algo más alineados con el sonido de los Love de Forever Changes: The Red Sox Are Winning que abre el disco, y que nos sorprende con ese ligero toque de vodevil británico, la dulce y desgarrada al final To Care at All y la saltarina Dreamless, quizás el temas más vibrante del disco, protagonizado por esa serpenteante mandolina de David Grisman, colíder, cofundador y principal compositor del grupo junto a Peter Rowan.
Un disco que parece cocinarse a fuego lento, y que se va apoderando de ti, poco a poco, escucha tras escucha. Primero a través de sus temas más luminosos y accesibles, con canciones de una atractiva delicadeza como When You Were Full of Wonders y Close Your Eyes And Shut the Door, dos preciosos medios tiempos cortados por el mismo patrón, delineados ambos, por una sinuosa guitarra salpicada por unas sugerentes notas de un sinuoso vibráfono de Bill Stevenson. Dos temas sumamente exquisitos que podrían acercarse a la idiosincrasia sonora de los Lovin Spoonful más melódicos, y que comparten brillantez y adherencia sonora con estos tres temas, algo más alineados con el sonido de los Love de Forever Changes: The Red Sox Are Winning que abre el disco, y que nos sorprende con ese ligero toque de vodevil británico, la dulce y desgarrada al final To Care at All y la saltarina Dreamless, quizás el temas más vibrante del disco, protagonizado por esa serpenteante mandolina de David Grisman, colíder, cofundador y principal compositor del grupo junto a Peter Rowan.
Earth Opera nos entregan un conjunto de temas que comparten la belleza y fácil adherencia de sus melodías, y que constituyen la puerta de enganche hacia un disco, algo más complejo, con múltiples texturas y recovecos sonoros que requiere atención para los muchos detalles y matices, que van conformando sus aparentes complejas melodías, para poder descubrir ese bello y surrealista paisaje que se esconde tras su rico entramado musical. Algo que se puede apreciar en esos intensos vaivenes melódicos protagonizados por guitarras, mandolinas, pianos y órganos, que acompañan a esos poderosos retazos de folk-rock que conforman Time and Again, y esos trágicos y desgarradores Home of the brave y Death By Fire con su chirriante órgano. Y todo ello sin olvidarnos de la sentida The Child Bride, uno de mis temas favoritos del disco, con ese emocionante pasaje de piano clásico, que irrumpe majestuoso al final de esta nostálgica melodía.
Earth Opera fue publicado en 1968 por
el sello Elektra, justo en el epicentro de aquella explosión musical
que algunos medios denominaron Boston Sound, un excitante movimiento
pop, surgido en Boston en la segunda mitad de los 60, cercano
a la psicodelia británica, al pop
barroco, y al sunshine pop,
y en el que se incluían interesantes bandas a descubrir como TheChamaeleon Church, Orpheus, Bagatelle o los extravagantes Ultimate Spinach III. Una
coincidencia temporal y espacial que hizo que se les incluyera
dentro este movimiento, aunque su sonido fuera algo más folkie e
intenso de lo que predominaba en aquel Boston Sound.
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