ROGER SINCERO - Nada pasará (2011)
Lo he escuchado un montón de veces en
los últimos meses, pero ahí sigue una y otra vez, exhibiendo desde
casi la más absoluta clandestinidad, toda la frescura, sensibilidad
y adicción que puede albergar un gran disco de ese pop de guitarras,
clasicote y atemporal que tanto nos gusta por aquí. Porque este
disco de Roger Sincero titulado Nada Pasará es ante todo un
deslumbrante boceto de pop sin complejos, libre de pretensiones, y
tan directo y sincero en sus formas, como sorprendente y embaucador
en esa excelencia melódica que lo envuelve, y recubre cada una de
sus canciones. Si, de esas adherentes canciones de estribillos
rotundos y cuidadas armonías vocales tan repletas de encanto, que
pueblan el disco, y en las que se vislumbran de forma clara y diáfana
los acordes más memorables y efectivos del pop más luminoso y
efervescente hecho por estos lares desde aquellos alborotados
sesenta.
Y mientras escribo esto y escucho el disco no dejo de pensar en los Brincos, Juan y Junior, Fórmula V, Solera, Mamá, Los Elegantes, La Granja, Los Flechazos y Cooper entre otros. Influencias que se palpan tanto en los momentos más vivaces y eléctricos del disco, esos pegajosos medios tiempos, de tono algo acelerado, que son Números mágicos, Si pudiera, Nada pasará, Si quisiera y Atrás, como en esos otros, más acústicos e introspectivos, que afloran en temas como Flores Congeladas, Mi Vida es un comic, I wrote the song, Summershy o la espléndida Vuela más deprisa, una de mis favoritas del disco.
Un artefacto sonoro casi perfecto,
repleto de magia y precisión sonora, publicado por Rock Indiana en
el 201, y que según nos cuenta Sergio Cerro alias Roger Sincero,
tiene su origen en aquella antología desafinada que nuestro
protagonista empezó a elaborar de forma artesanal a mediados del
2006, justo cuando los Happy Losers, su grupo de toda la vida,
decidió darse un descanso e interrumpir su producción discográfica.
Un irresistible conjunto de canciones que al final ha podido sacar
adelante gracias al entusiasmo de Rock Indiana, y la colaboración de
amigos más o menos ilustres como sus compañeros de Happy Losers,
Cooper/ Riffbackers, Olivia de Happyland, y David Gwynn.
Una de las sorpresas del 2011, que
puedes escuchar y comprar en la web de Rock Indiana y que no deberías perderte, si lo que te va ese pop por la cara del que tanto hemos hablado en Sensaciones Sonoras.
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