LA GRANJA - Los mejores productos de La Granja (1997) - Recopilación 1987-1994
Un brote reluciente y deliciosamente amargo de azul eléctrica emoción es lo que transpiran las perfectas melodías de efervescente pop-rock, con ricas armonías vocales, que nos han dejado a lo largo de su extensa y excelente discografía el grupo mallorquín La Granja. Y sin duda, una de las mejores maneras de acercarse a ellos, si es que aún no lo habéis hecho, podría ser degustando este excelente recopilatorio, que hoy os presentamos en Sensaciones Sonoras: Los mejores productos de la Granja , que el sello DRO publicó en 1997 y que aborda sus 5 primeros discos, publicados entre 1987 y 1994.
La historia de La Granja comenzó allá por el 86, cuando los héroes de la famosa movida
languidecían sin remisión en manos de las multinacionales, y nuevos
aires guitarreros de cierto trasfondo garagero y rockero comenzaban a
brotar en nuestro horizonte musical. Eran los tiempos aquellos en los
que o eras de los del Louie Louie o de los otros. Y fue entonces cuando aparecieron grupos tan saludables e intensos como La Granja, Las Ruedas, La Frontera, Los Cafres, o incluso aquellos primerizos Ronaldos.
Grupos todos ellos que parecían volver a reivindicar la frescura e
inmediatez del pop-rock primerizo y sin artificios.
Días en los que en mi equipo comenzó a sonar con insistencia un
trepidante y descarado ejercicio, de explosivo garage de reminiscencias
sesenteras, que respondía al nombre de Sufro por ti. ¡Cuántas veces habré cantado aquello de “Un metro cuarenta de busto, tus anchas caderas y esos labios carnosos….!
Sí, lo habéis adivinado, era la excelente carta de presentación de estos cuatro muchachos mallorquines que se hacían llamar La Granja . Guillermo Porcel (voz), Carlos Garau (bajo), Miguel Gibert (batería) y Kiko Riera (guitarra) comenzaban así una estupenda trayectoria que acabaría confirmándoles como uno de los grupos más excitantes de la escena pop rock española. Un reconocimiento que no les ha llegado, y que sin embargo merecen. Y no les llegó, quizás porque se quedaron en tierra de nadie cuando arrancó el fervor indie. ¿Por qué? Porque a pesar de seguir haciendo, grandes LPs y buenísimas canciones herederas de la mejor tradición beat, de por ejemplo nuestros queridos Brincos, no consiguieron llegar al gran público (algo casi normal por estos lares), ni a la escena independiente (y aquí me incluyo yo también), ya que no pertenecían a la avalancha indie, no hacían noise pop,cantaban en castellano y sonaban en las radiofórmulas. Un ejemplo más de cómo un gran grupo puede quedar relegado casi al ostracismo por modas y prejuicios.
Les gustaba y les gusta el pop de los 60, el beat, el garage, la psicodelia, el glam de los primeros 70, y la new wave
de finales de esa misma década. Y con todo eso consiguieron conformar
un sonido de guitarras muy particular, rico en certeras melodías
y pegadizos estribillos, aderezados con sugerentes letras, que se
mostraba arrogante e impetuoso en ocasiones, y tierno y emotivo en
otras. Si, la vieja mezcla de pop y rock interpretada con magia y
precisión.
Y en este disco hay muchos y variados ejemplos de lo dicho, ya que es una excelente recopilación de sus 5 primeros LPs: La Granja (1987), Soñando en tres colores (1988), Azul eléctrica emoción (1989), Deliciosamente amargo (1991) y Medicina Natural (1994), todos ellos publicados por DRO. Un disco que incluye pop acelerado de inclinación anfetamínica como la fantástica Chap Chap , intensos arrebatos de energía garagera como Sufro por ti y Vitamina D , vibrantes medios tiempos de guitarras cercanas a los Byrds como esas estupendas Los chicos quieren diversión o ¿Por quien doblan las campanas? , exquisito pop de guitarras cristalinas que enlaza con los mejores Brincos como esa fantásticas Persiguiendo una Luz e Y si al menos, arrogantes impulsos nuevaoleros al estilo de los Beat de Paul Collins como la excelente Angel de Mañana o la trepidante Cansado de escuchar, nostálgicas odas de trasfondo dylaniano como la maravillosa Fuimos chicos rebeldes , bellos pasajes acústicos de aroma beatle como Medicina Natural y hasta lisérgicas historias como la sideral Barbarella.
Un disco redondo que retrata una parte importante de la discografía de La Granja , que no acabaría aquí, ya que continuaría en el 2000 y 2004, al amparo de sello aragonés Grabaciones en el Mar, con otros dos impecables ejercicios del mejor pop rock, sus discos El efecto dominó (2000) y Tobogán (2004).
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