RONNIE LANE WITH THE SLIM CHANCE
Don’t try to change my mind de Ronnie Lane with the Slim Chance es mi canción de cabecera de estos últimos días, y por este motivo, creo que es hora de inaugurar los 70 en este rincón musical, e inaugurarlo nada más y nada menos que hablando de Ronnie Lane y sus Slim Chance. ¿Ronnie Lane? Sí hombre, Ronnie Lane, aquel muchacho que compuso junto a Steve Marriott los mejores momentos de los fantásticos Small Faces, aquella alma inquieta que tras la ruptura con Marriott a principios de los 70, formó los Faces, aquella genuina banda de rock sucio y cervecero que sirvió de lanzadera al egocéntrico Rod Stewart y donde Ronnie dejó joyas del calibre de Oh La La, Debris, Last Orders y Stone, entre otras, todas ellas perfectos artefactos del rock del momento pero con alto contenido melódico.
Sí, Ronnie Lane, el hombre que a pesar de haber formado los Faces, los dejó en el 73, harto del protagonismo que estaba adquiriendo en la banda Rod Stewart y del enfoque musical que éste quería darle al grupo.
Sí, de Ronnie Lane, y de Slim Chance, la banda que le acompañó tras abandonar a los Faces, entre el 73 y el 76, es de quiénes vamos a hablar un poco hoy por aquí. Y el motivo no puede ser otro, que las grandes canciones que nos dejaron, temas como el mencionado Don’t Try to change my mind, o como How Come (posiblemente mi favorita junto con Don´t try...), Anniversary, Roll on Babe, Careless Love, Banners, o One for the road, temas donde sobresale el potencial melódico de las composiciones de Lane, esta vez casi desenchufadas e interpretadas con instrumentos acústicos, y acompañadas de un cierto sabor agridulce, a veces melancólico, donde el folk rock inglés se entremezcla con vientos de origen celta, y donde las raíces “blueseras” de algunos temas se sorprenden aderezadas por arreglos que parecen homenajear a los músicos callejeros, y donde incluso tienen cabida excelentes temas próximos al estilo del music hall, como en la excelente e irónica Lovely.
Sí, Ronnie Lane, un tipo singular que buscó siempre un lugar sin ataduras en esto de la música, un tipo tan enamorado de la vida bohemia y errante que incluso llegó a formar su propio espectáculo circense, llamado The Passing Show, con el que giró por Gran Bretaña, y en el que además de tocar con su grupo The Slim Chance, incluían actuaciones acrobáticas y de payasos.
Ronnie Lane y Slim Chance sacaron al mercado entre el 74 y el 76 tres buenos discos, Anymore for Anymore, Ronnie Lane’s Slim Chance y One for the road, discos donde se refleja toda la frescura y sinceridad de ese sentimiento bohemio y algo errante, dentro de una atmósfera campestre y bucólica. Discos donde lo que sobresale es la dura sensibilidad de unas canciones que son sobre todo eso, buenas canciones, libres de artificios de ningún tipo. Música hecha con el corazón por alguien que vivió como quiso todo lo que pudo y le dejaron, y que lamentablemente nos dejó en Julio del 97, debido a una larga enfermedad, la esclerosis múltiple, que acabó con él.
Como punto final deciros que también es altamente recomendable el disco con el que conocí esta faceta de Ronnie Lane, un disco doble con algunas de las sesiones grabadas en la BBC por la banda, titulado You Never Can Tell.
Don't try to change my mind It's just a story Just a stage, just a scene Just a dream in a dream nothing more
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One thing that I know Where she takes me That's where I'll go Don't try to change my mind
Publicado el 10/01/2006 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera
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