Mamá – Melodías popperas en el Madrid de los 80



Máma irrumpieron en la escena madrileña en los gloriosos años 80, en aquellos días donde montones de maquetas de intrépidos grupos se paseaban por aquellas gloriosas emisoras radio que inundaban las ondas, Onda 2 (Radio España FM), Radio Popular FM, Radio 3. 

 Liderados por José María Granados, una de las grandes y olvidadas lumbreras, a mi entender, de la música en castellano,  Mamá eran capaces de componer canciones de menos de tres minutos que conseguían ponerte la piel de gallina. Hacían música pop, pop rock, un poco al estilo de la new wave inglesa o americana. Guitarra, bajo, batería, eran su base, junto con algunos simples teclados que acompañaban algunos temas.




Mamá pertenecía a la vertiente más clásica de aquellos años. No se pintaban el pelo de colores, no eran punkies, ni tenían poses provocadoras. No destacaban por su imagen ni sus formas, pero eran capaces de hacer verdaderas píldoras pop, llenas de uuuoooooosss y eeeeihhhhs, con letras ingenuas y a veces no tan ingenuas, que aún sigo tatareando cuando suenan en mi equipo. En el 80, sacaron un EP maravilloso, perfecto pop rock vibrante y lleno de emoción con temas irresistibles melodías como  Regresas a casa a las diez, Nada Más, Chicas de Colegio y Ya no volverás. ¡Joder¡, cuantas veces habré tatareado esas canciones. Hoy en día, Nada más y Ya no volverás, me parecen dos de las mejores canciones que se han hecho nunca por aquí, dos preciosos temas a medio tiempo, de pegajosa  y sentida melancolía.

El sonido del grupo  Mamá en ese EP es insuperable. Primario pero efectivo. Es su sonido. Tras esta maravilla, en el 81, sacaron su primer LP, El último bar. Un disco donde sacaban a la luz el repertorio que se había paseado en maqueta con rotundo éxito por las ondas madrileñas. Aquí se encuentran gemas de la época como Escóndete, Hora Punta en el metro, El show empieza, Buscándote a ti, Amor de cuatro horas, El número equivocado, y el Último bar, entre otras. Un buen disco, al que le fallaba un poco la producción, y que junto con el primer disco de Los Secretos, y el de Nacha Pop se convirtieron en mis discos favoritos de la época.
El disco no tuvo el éxito que su compañía esperaba y les preparó un segundo disco, un año después, demasiado rimbombane y pomposo en la producción, que pusieron en manos del orquestal Luis Cobos, y que envolvió las acertadas melodías de José María Granados en una especie de pop moderno que no convenció a nadie. Aún así y debido al valor melódico de las canciones, algunas de éllas sobrevivieron a la aberración de la producción, quedando en el recuerdo temas de este disco como Cubanai, Déjame jugar, Nuevo Color, Radio Medianoche y Me soporto.

Tras el pequeño desastre de este disco, el grupo se separó. José María Granados desde entonces ha estado en varios grupos y ha continuado una interesante carrera en solitario que se puede encontrar en Rock Indiana. Manolo Mené, el bajista del grupo también lo intentó en solitario aunque sin mucho éxito. Hoy se pueden encontrar casi todas sus grandes canciones, en un cd recopilatorio de sus primeras maquetas, titulado El show empieza aqui , que nuevamente Rock Indiana editó hace algún tiempo.

Los primeros 80 fueron mis años de iniciación en esto de la música pop. Hace unos cuantos años ya de eso, y es curioso, pero muchos de esos discos que escuché, compré o grabé en aquellas viejas cassettes, en aquella época, con pocos años aún, me han acompañado a lo largo de los años, y aún siguen conmigo hoy en día, ya con unos cuantos años más. Discos como los que hemos comentado hoy de Mamá. Sinceramente, se merecen una revisión en toda regla.

 Publicado el 28/09/2005 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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