DR. DOG – Abandoned Mansion (2017) / Pop rock de sabor añejo
Ya no nos sorprende que Dr. Dog sigan entregando con asiduidad estas bucólicas y nostálgicas colecciones de pop atemporal, aderezadas indistintamente con especias psicodélicas y folkies. Ya no, porque a lo largo de todo este tiempo que llevan con nosotros, se han convertido en una tozuda realidad, en unos inquietos artesanos de la mejor orfebrería pop de hoy en día. Algo que vuelven a demostrar en este espléndido Abandoned Mansion. Un nuevo y pequeño requiebro en su carrera, tras sorprendernos hace unos meses con esa interesante y efectiva relectura psicódelia de sus inicios, que fue el album de The Psychedelic Swamp.
Y decimos que Abandoned Mansion es un pequeño giro en su discografía, porque en cierto modo vuelven a sus raíces, al desenchufar algo su sonido y recuperar aquel pop clasicote, repleto de adictivas melodías e insuperables armonías vocales, que inundaba discos como Easy Beat, Takers & Leavers y We All Belong. Aunque eso si, los aderezos psicódelicos de aquellos discos, conviven aquí, con emotivos y deslumbrantes pasajes de tintes folkies, que resplandecen en temas como Casual Freefall, Jim Song, I Know e incluso en Both Sides Of The Line. Tonalidades folkies y algo decadentes que amplian su paleta de sonoridades y nos descubren a Dylan y The Band como nuevas influencias de la banda de Philadelphia, que habrá que sumar a las ya clásicas de The Beatles, The Beach Boys o incluso el primer Bowie.
Un toque folk, que aunque posiblemente sea lo más novedoso o sorprendente de este disco de Dr. Dog, junto con esa pequeña delicia, profusamente orquestada con arreglos de viola, violin y violonchelo, que se titula I Saw Her For The First Time, no podemos anteponer a lo que para nosotros es la mejor noticia de Abandoned Mansion: la recuperación de aquel pop rock de sabor añejo y melodías insuperables que surgió de las cenizas de la psicodelia a finales de los 60. Un sonido que resplandece en esas irresistibles joyas de orfebrería pop que son las deliciosas Ladada y Could've Happened To Me, con esos adictivos y juguetones teclados, o en las emotivas y Lennonianas Peace Of Mind y el tema que titula el disco, Abandoned Mansion, deudoras del ya clásico sonido del grupo.
Un nuevo acierto en la discografía de Dr. Dog que parecen dejar aún lado esa vertiente algo más endurecida de su sonido, que mostraron en discos como B-Room y Be the Void, y que les acercó según algunos críticos a esa extraña etiqueta llamada “americana”. Una etiqueta poco apropiada para la numerosa y talentosa banda de Toby Mark Leaman (voz y bajo) y Scott Anthony McMicken (voz y guitarra), auténticos adalides del mejor pop rock independiente con sabor añejo.
Si nos fijamos en los créditos del disco vemos que aunque se publicara en Enero de 2017, el disco fue grabado en los estudios A room de Mt. Slippery, el veinte de Noviembre de 2014, un año después de la grabación del también excelente B-Room, por lo que podemos decir que el último disco que han grabado hasta la fecha no es éste Abandoned Mansion, sino The Psychedelic Swamp publicado y grabado en el pasado 2016.
Y decimos que Abandoned Mansion es un pequeño giro en su discografía, porque en cierto modo vuelven a sus raíces, al desenchufar algo su sonido y recuperar aquel pop clasicote, repleto de adictivas melodías e insuperables armonías vocales, que inundaba discos como Easy Beat, Takers & Leavers y We All Belong. Aunque eso si, los aderezos psicódelicos de aquellos discos, conviven aquí, con emotivos y deslumbrantes pasajes de tintes folkies, que resplandecen en temas como Casual Freefall, Jim Song, I Know e incluso en Both Sides Of The Line. Tonalidades folkies y algo decadentes que amplian su paleta de sonoridades y nos descubren a Dylan y The Band como nuevas influencias de la banda de Philadelphia, que habrá que sumar a las ya clásicas de The Beatles, The Beach Boys o incluso el primer Bowie.
Un toque folk, que aunque posiblemente sea lo más novedoso o sorprendente de este disco de Dr. Dog, junto con esa pequeña delicia, profusamente orquestada con arreglos de viola, violin y violonchelo, que se titula I Saw Her For The First Time, no podemos anteponer a lo que para nosotros es la mejor noticia de Abandoned Mansion: la recuperación de aquel pop rock de sabor añejo y melodías insuperables que surgió de las cenizas de la psicodelia a finales de los 60. Un sonido que resplandece en esas irresistibles joyas de orfebrería pop que son las deliciosas Ladada y Could've Happened To Me, con esos adictivos y juguetones teclados, o en las emotivas y Lennonianas Peace Of Mind y el tema que titula el disco, Abandoned Mansion, deudoras del ya clásico sonido del grupo.
Un nuevo acierto en la discografía de Dr. Dog que parecen dejar aún lado esa vertiente algo más endurecida de su sonido, que mostraron en discos como B-Room y Be the Void, y que les acercó según algunos críticos a esa extraña etiqueta llamada “americana”. Una etiqueta poco apropiada para la numerosa y talentosa banda de Toby Mark Leaman (voz y bajo) y Scott Anthony McMicken (voz y guitarra), auténticos adalides del mejor pop rock independiente con sabor añejo.
Si nos fijamos en los créditos del disco vemos que aunque se publicara en Enero de 2017, el disco fue grabado en los estudios A room de Mt. Slippery, el veinte de Noviembre de 2014, un año después de la grabación del también excelente B-Room, por lo que podemos decir que el último disco que han grabado hasta la fecha no es éste Abandoned Mansion, sino The Psychedelic Swamp publicado y grabado en el pasado 2016.
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