Corin Ashley – Broken Biscuits (2017)
Corin Ashley sigue a lo suyo. Es un maestro del pop rock más clásico que sabe conjugar con sutileza riffs vigorosos, poderosas armonías vocales, intrincadas melodías y elegantes arreglos propios de la mejor orfebrería pop, dotando al conjunto de una pasión e intensidad tal que te enganchan desde la primera escucha. Y Broken Biscuits es un descarado ejemplo de ello. Una efectiva continuación a su fantástico anterior disco New Lion Terraces, publicado en 2014. Un disco directo y emocional, con un sonido rotundo que destapa todas las esencias de aquel pop rock añejo, de orígen británico, que delinearon en su día los Beatles, Kinks, Pete Dello y Todd Rungrent, por poner algunos ejemplos de las referencias que emanan de este disco.
Una mezcla explosiva que Corin Ashley maneja con la maestría de un auténtico artesano, insuflando en cada tema la pulsión emocional necesaria para amplificar su rápida adicción. Una adicción que se va a asentando escucha tras escucha. Es un placer degustar los ricos matices que uno va descubriendo dentro de esas melodías de giros imposibles. Disfrutar con sus cuidados arreglos, emocionarse con la pasión y calidez con la que Corin Ashley interpreta cada nota, y palpar la fuerza desgarradora de sus temas más alborotados.
Aspectos que definen a este Broken Biscuits como un enorme disco de pop rock, conformando un intenso cóctel de rock setentero, psicodelia, y pop de cámara de finales de los 60, que lo convierten en una referencia imprescindible para todo degustador del mejor pop de guitarras.
Y quizás esa pequeña maravilla titulada Ampersand Castles Collapse sea la que mejor aglutina el sonido del disco. En su minuto y medio de duración encontramos guitarras, ruido, melodías, alboroto, y emoción por los cuatro costados. Maravillosa, adictiva y “muy beatle”. Tanto que podría haberse escapado de aquel fantástico Magical Mistery Tour. Fantástica, si, ¿pero que podemos decir de Wind up Boy? Pura orfebrería pop: una melodía deliciosa con unos majestuosos arreglos de cuerda deudores del mejor Pete Dello, perfectas armonías vocales con Tanya Donelli y algunos pasajes de intensos guitarrazos para que no nos relajemos. Pop barroco y elegancia melódica que embelesan en la dulce Powder Your Face with Sunshineque que cierra el disco, y en Plaster and Pins, aunque en este caso los arreglos de cuerda dan paso a un chispeante clavicordio, muy del gusto de los Kinks, que afloran de nuevo en el juguetón y vodevilesco Edison's Medicine. King Hollow, Magpie over Citadel y Junior Partner son deliciosos medios tiempos de tonos acústicos que acaban electrificándose de una modo descarnado. Una intensidad que aumenta decibelios con la potente y alborotada In Appropriate Fashion. Guitarrazos, teclados y una poderosa base rítmica muy en la línea del primer Todd Rungrent, que reaparecen en las intensa y desgarrada Jellyfish.
Sin duda, Broken Biscuits es un gran disco de pop rock, que no debería faltar en tu discoteca. Uno de esos discos imprescindibles que el tiempo pondrá en su lugar correcto.
Una mezcla explosiva que Corin Ashley maneja con la maestría de un auténtico artesano, insuflando en cada tema la pulsión emocional necesaria para amplificar su rápida adicción. Una adicción que se va a asentando escucha tras escucha. Es un placer degustar los ricos matices que uno va descubriendo dentro de esas melodías de giros imposibles. Disfrutar con sus cuidados arreglos, emocionarse con la pasión y calidez con la que Corin Ashley interpreta cada nota, y palpar la fuerza desgarradora de sus temas más alborotados.
Aspectos que definen a este Broken Biscuits como un enorme disco de pop rock, conformando un intenso cóctel de rock setentero, psicodelia, y pop de cámara de finales de los 60, que lo convierten en una referencia imprescindible para todo degustador del mejor pop de guitarras.
Y quizás esa pequeña maravilla titulada Ampersand Castles Collapse sea la que mejor aglutina el sonido del disco. En su minuto y medio de duración encontramos guitarras, ruido, melodías, alboroto, y emoción por los cuatro costados. Maravillosa, adictiva y “muy beatle”. Tanto que podría haberse escapado de aquel fantástico Magical Mistery Tour. Fantástica, si, ¿pero que podemos decir de Wind up Boy? Pura orfebrería pop: una melodía deliciosa con unos majestuosos arreglos de cuerda deudores del mejor Pete Dello, perfectas armonías vocales con Tanya Donelli y algunos pasajes de intensos guitarrazos para que no nos relajemos. Pop barroco y elegancia melódica que embelesan en la dulce Powder Your Face with Sunshineque que cierra el disco, y en Plaster and Pins, aunque en este caso los arreglos de cuerda dan paso a un chispeante clavicordio, muy del gusto de los Kinks, que afloran de nuevo en el juguetón y vodevilesco Edison's Medicine. King Hollow, Magpie over Citadel y Junior Partner son deliciosos medios tiempos de tonos acústicos que acaban electrificándose de una modo descarnado. Una intensidad que aumenta decibelios con la potente y alborotada In Appropriate Fashion. Guitarrazos, teclados y una poderosa base rítmica muy en la línea del primer Todd Rungrent, que reaparecen en las intensa y desgarrada Jellyfish.
Sin duda, Broken Biscuits es un gran disco de pop rock, que no debería faltar en tu discoteca. Uno de esos discos imprescindibles que el tiempo pondrá en su lugar correcto.
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