GRAHAM PARKER - Heat treatment (1976)
Graham Parker fue uno de los precursores de ese glorioso renacer del pop-rock más ardiente y visceral, fresco y espontáneo que se produjo en la segunda mitad de los 70, alrededor de ese multicolor alboroto musical, que denominaron“new wave”. Un corto episodio de exuberancia melódica, algo malencarada, donde lo importante era desarrollar canciones con estilo, chispa e imaginación y conseguir provocar un auténtico escalofrío en la columna vertebral de los oyentes, según proclamaban dos de sus principales baluartes: Nick Lowe y nuestro protagonista de hoy Graham Parker.
Y Heat treatment, el disco que Parker publicó en el sello Vértigo a finales de 1976, justo en los albores de la erupción de esa new wave,
es posiblemente mi disco preferido de su ya larga discografía, así como
uno de mis discos favoritos de aquella época. Todo un perfecto tratado
de pop-rock descarnado de efecto inmediato, de auténtico pop por la cara, donde prevalecen las canciones cortas e intensas con melodías irresistibles, que pululan sobre una excitante combinación de R&B, soul y rock ligeramente grasiento, que nos traen a la memoria influencias tan memorables como las de Van Morrison, los Rolling Stones, Bob Dylan o el mismísimo Sam Cooke. Y no puedo evitar citar al gran Sam Cooke, porque las ganas y pasión con las que Graham Parker
interpreta y modela vocalmente cada una de sus canciones, me parece que
tienen sus raíces en el inconfundible estilo del gran maestro del soul.
Esos emocionantes "uoooouss", aullidos, y desgarros vocales provienen de ahí, y sólo tienes que escuchar ese añejo homenaje al viejo R&B vocal de finales los 50 que es la estupenda Back door love,
para darte cuenta de ello. Una canción de esas que te enamoran desde la
primera escucha, de las que te ponen el vello de punta con sus
eieieieis, sus uuuuoooss, su chispeante hammond y su ritmo trotón y
pegajoso, soportado por esa estupenda banda que acompañaba a Graham Parker en
aquellos días, The Rumour. Un grupo donde se encontraban ilustres de la escena pub-rock británica de la primera mitad de los 70 como el guitarrista Brinsley Schwarz, el bajista Andrew Bodnar, el teclista Bob Andrews, el guitarrista Martin Beldmond y el batería Stephen Goulding,
acompañados en momentos puntuales por una estupenda sección de viento
protagonizada por saxos y trompetas que potencian el lado soul del
disco.
Sin duda, en Heat Treatment te sorprenderá y al mismo tiempo enganchar la
calidez y desgarro de unas canciones interpretadas y tocadas, con toda
las ganas del mundo. Ahí tienes la rotundas y "dylanianas" That’s what they all say y Hotel Chambermaid, donde Parker se desgañita en medio de ese exuberante juego de guitarras arropado por un tórrido hammond, la pegajosa y saltarina Heat Treatment,
cuyo video podéis apreciar sobre estas líneas, con sus souleros
vientos, el pop descarnado y sentido, con cierto tono de perdedor de las
maravillosas Turned up too late, Pourin’ it all out y Fools gold, que definen el que será el típico sonido de Graham Parker en el futuro, la doliente y emocionante balada Black Honey, y el contagioso ritmo jamaicano con toques soul de Something you’re going through.
Heat Treatment es un disco excelente, de uno de los mejores exponentes de aquello que algunos denominaron pop por la cara junto a maravillas de Joe Jackson, Any Trouble, o Elvis Costelllo.
Publicado el 20/5/2008 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera
Si queréis más información sobre Graham Parker y todo lo relacionado con el Pub Rock existe un magnífico libro llamado Música y Cerveza, editado en España por Editorial Milenio y escrito por Javier Abad, que repasa todo este fenómeno musical de los años setenta.
ResponderEliminarUn saludo
Tomo nota del libro que citas, porque dentro de esa escena musical hay discos y grupos realmente excitantes que devolvieron la frescura al pretencioso rock de mediados de los 70.
ResponderEliminarGracias pubrocker.