LUIZ BONFA Y MARIA TOLEDO - Braziliana (1965)


Si te interresa la bossa nova, Luiz Bonfá es uno de los intérpretes y compositores que deberías revisitar con cierta asiduidad, ya que a pesar de que quizás su nombre no sea tan conocido como el de Jobim y Joao Gilberto, de su sinuosa guitarra surgieron algunas de las melodías más universales de la bossa nova como "Manhã de Carnaval".

Y Braziliana, el disco que realizó y grabó en Nueva York en 1965 junto a Maria Toledo, que por aquel entonces era su mujer, y con la colaboración de Helcio Milito al bajo, Dom Um Romão a la batería, y Bobby Scott en los arreglos y al piano, es uno de mis discos favoritos de su amplia discografía. Instropectivo, delicado, chispeante en ocasiones, y algo melancólico en su conjunto, Braziliana es uno de esos discos que amplifican la belleza de la bossa en su vertiente más seductora, y ensoñadora, gracias a un repertorio casi perfecto, que alterna con un tremendo acierto los clásicos, emotivos y adictivos instrumentales que Bonfá bordaba con su desnuda guitarra, junto a un conjunto de excelentes temas vocales, interpretados por una sensual y susurrante María Toledo, que en este disco alcanza unos niveles de seducción próximos a los de mis heroínas favoritas de la bossa, Wanda Sa y Astrud Gilberto, y a la que únicamente le sobran algunos arreglos de cuerda excesivamente empalagosos en un par de temas.

Temas a destacar muchos. De los interpretados por María Toledo ahí quedan la elegancia de ese perezoso Cavaquinho, la dulzura de las tiernas Saudade, y Promessa, así como la intimidad y belleza que desprende Pequeño olharDe la vitalidad de la saltarina Guanabara y de los magistrales instrumentales de Bonfá, podríamos destacar la frescura del chispenate y cinematográfico Whistle Samba, que tan jovialmente abre el disco con sus despreocupados silbidos y los sensuales coros de María Toledo, la animosa y vital versión de la Samba de Orfeu, y la melancólica belleza de la guitarra que domina las preciosas Boticario e Improviso.

Braziliana es un perfecto tratado de la mejor bossa, donde predomina ese áurea de nostalgia casi hiriente que a veces fluye en torno a la bossa más intimista, pero que no renuncia a su lado más vital y colorista. Desde luego, si te gusta la bossanova, este disco es una apuesta segura, un disco que te servirá para reafirmar la grandeza de Bonfá, y descubrir a una maravillosa María Toledo.


 Publicado el  16/12/2008 en  Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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