PAUL WELLER - 22 dreams (2008)


Un rotundo poso de magnificencia y atemporalidad rodea a este “22 dreams” ,que el carismático Paul Weller ha editado en este 2008 para el sello Island. Un disco tan enorme y poderoso, que quizás pueda resultar algo excesivo (contiene nada más y nada menos que 21 canciones), y donde Weller además de proponernos su habitual y excelente muestrario sonoro trufado de folk psicódelico, pop-soul y rock sesentero, interpretado con su habitual intensidad, nos muestra algunas de sus nuevas inquietudes musicales que parecen abarcar desde el jazz más psicódelico de finales de los 60, hasta sonidos latinos muy cercanos al pegadizo bolero.
Y es que este 22 dreams es posiblemente el disco más ambicioso y ecléctico de Paul Weller en solitario. Un disco que para mi contiene algunas de las mejores canciones que el Modfather ha firmado en los últimos tiempos, y que quizás sea su mejor entrega desde Stanley Road sino fuera por algún que otro meloso instrumental de piano, a mi entender fuera de lugar,y ese extraño acercamiento al sonido de Tom Waits, que es Where’er ye go, que la verdad no me acaba de convencer. Pero al margen de estos pequeños deslices, 22 dreams me parece un disco soberbio, lleno de matices y buenas canciones, y con un sonido muy compacto y logrado, que me recuerda a grandes producciones de finales de los 60 y primeros 70, como el fantástico segundo disco de Traffic.


Sin duda Weller ha encontrado dos socios perfectos para desarrollar su sonido en Steve Cradock y Simon Dine. Cradock muestra su talento con la guitarra y su perfecta armonía con Weller, en muchos de los mejores temas del disco, como son ese enigmático y sentido arrebato de folk picódelico que es Light Nights, ese tierno medio tiempo lleno de guitarras que es All I wanna do (is be with you), la desgarrada Have you made your mind, la maravillosa desnudez acústica e intensidad emocional de Why walk when you can run, y el exquisito pop-soul de Cold moments. Mientras tanto, la producción de Simon Dine consigue dar claridad al sonido de Weller, y llenarlo de jugosos detalles con unos acertados arreglos (la estupenda Empty ring es un ejemplo perfecto de ésto) , sin perder por ello un ápice de intensidad en sus momentos más arrebatados, como demuestra en ese sudoroso e impetuoso ejercicio de soul que es 22 dreams, el tema que da título al disco y que firma junto a Weller, o en el alborotado en intenso Echoes Round the Sun donde encontramos a Noel Gallagher y Gem Archer de Oasis tocando mellotron y bajo respectivamente.


Grandes temas y grandes canciones para un gran disco donde también sobresalen enigmáticos pasajes instrumentales de jazz psicódelico, como la fantástica Song for Alice, en homenaje a la mujer de John Coltrane, y 111, el tema más extraño y sorprendente del disco si nos olvidamos de la aparición de ese curioso y sentido bolero titulado One bright star.

Desde luego, no me cabe duda de que estamos ante uno de los mejores discos de Paul Weller y uno de los discos del año. Queda claro que Weller y algunos otros ilustres como Ocean Colour Scene siguen manteniendo en este siglo XXI la excelencia sonora que mostraron durante la explosión del Breatpop. Un disco aclamado hasta por la crítica. Ya sólo nos queda verlo en directo, algo que ocurrirá dentro de dos semanas en la sala Riviera, aquí en Madrid.

Puedes escucharlo en Spotify



Publicado el 5/10/2008 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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