THE TRUTH – Playground (1985)


 Playground de The Truth es uno de esos discos de los 80 que deberías buscar y recuperar sin dudar, si lo tuyo son las melodías adicitivas con un cierto regusto mod.

Los 80 son una década bastante maltratada  musicalmente, a pesar de haber sido protagonista de momentos tan gloriosos y excitantes como el estallido y evolución de la new wave, el esplendor del inicio del movimiento indie británico  y la irrupción de un curioso e interesante revival de la música de garage.

Pero bueno, al margen de toda esa historia, para mi los 80 digamos que fueron mi despertar musical, y guardo muy buenos recuerdos de muchos discos de aquella época, que permanecen en un rincón especial de mi discografía. Y uno de esos discos es esta maravilla titulada Playground que lanzaron en 1985 unos chicos británicos, que se hacían llamar The Truth.

A ver, un momento, ponemos el vinilo en el plato, un, dos, tres, damos a la tecla y ahí está. ¡Vaya! cómo suena esa guitarra, cómo entra ese hammond, cómo cambia el ritmo, qué intercambio vocal y qué bajo al estilo de los grupos de la Motown, ¡por dios, qué vientos, qué melodía ¡Uauauau! creo que me voy a pone a bailar, no puedo remediarlo, pero 20 años después me sigue pareciendo apoteósica. Es Spread a Little Sunshine, la maravilla que abre este disco. ¡Si señor, pop soul de muchos quilates!

Y no les hiceron ni caso. Bueno, pasamos de ello, y no nos preocupamos por lo que pasó en aquellos días con el grupo. El disco no ha hecho nada más que empezar y ya está entrando de manera fulminante el segundo tema, Exception of Love. Golpe de baquetas, coros, aullidos y ¡uhuhuhuss! con un maravilloso y chispeante hammond que dan paso a otra melodía excepcional y preciosa con un ritmo arrollador, palmas, y una voz desgarrada muy pero que muy soul.



¿Muy soul? Si, es soul, es pop soul blanco hecho por mods de los 80. Dos temas y esto se desboca, menos mal que entra So Many Things, y el ritmo se relaja algo. Bonitas guitarras y otra perfecta melodía a medio tiempo, con bellas armonías vocales y arreglos de cuerdas, que sigue sonando tan fresca y con el mismo desparpajo que el primer día. Un tema que finaliza  con un despreocupado lalalalala, que casi nos pone la piel de gallina.

Piel de gallina que se acentúa con uno de los temas más relajados del disco que entra a continuación. Always on my mind, un medio tiempo con ADN Motown CON un hammond y unos coros espléndidos que se desarrollan con un tono nostálgico pero arrogante, que capta con intensidad todos nuestro sentidos.

Y para acabar la cara A (concepto en vías de extinción, ya que dentro de un tiempo habrá gente que no sepa que es esto de la caras A y B), ritmo y aceleración, que es lo que nos trae I’m in Tun. Un tema que sin excesivas florituras, y sin una melodía tan acertada como las anteriores, se gana nuestra atención y nos saca del placentero letargo en el que estábamos entrando, a base de potencia e intensidad,  con esas tozudas guitarras y ese revoltoso hammond .
 
Volvemos a acercarnos al plato, damos la vuelta al disco, soltamos la aguja...y ahí está el sonido potente de Playground, tema que abre la cara B. Curioso. Este tema fue single, y la verdad es que es el que menos me motiva del disco. Es potente, del estilo de I’m in tune, que cerró la cara A, pero me falta la melodía. Suena a unos Prisioners algo descafeinados. Te mueves, sí, pero ya està.


Pero bueno, no os preocupéis que esto no decae, ¡está entrando Is there a solution! Vuelve el pop soul pegajoso al estilo Motown, vuelve el ritmo contagioso, vuelven las emociones a flor de piel, vuelven el hammond explosivo y envolvente, los coros arrolladores, el bajo trepidante del You can’t hurry love de las Supremes que nos vuelve locos. Si, vuelve todo eso que hace que te pongas a bailar y no pares. Fantástica, tan buena, que cuando se acaba te deja un vacío tremendo hasta que entra It’s a Miracle, que comienza suavemente, con mucha elegancia melódica y un cierto tono nostálgico. Es la balada del disco, es bonita, tiene unos buenos teclados, y está cantada con emoción e intensidad, pero tiene la mala suerte de estar detrás de Is there a Solution que aún persiste en nuestro pensamiento.

 It’s a miracle se va desvaneciendo poco a poco, y casi sin que nos demos cuenta llega otra pequeña gema de pop, casi piscodélico: Thursday Club.  Con una guitarra dominante que dibuja un certero riff a lo largo de toda la canción y que incluye, cómo no, acertados coros y arreglos de cuerda. Y para acabar, otro de mis temas favoritos, You Play with my Emotions. Un medio tiempo soulero, que se acelera, se frena, y se vuelve acelerar siempre con una intensidad que te vuelve a poner los pelos de punta, y que finaliza con un torbellino desmadrado de guitarras, hammond y batería. Toda una gozada que ha sido un placer degustar con vosotros, después de algún tiempo.

Por cierto, The Truth fue la banda que Dennis Greaves, formó en 1984 tras la disolución de su grupo anterior, Nine Below Zero, banda de profundas raíces en el R&B británico. Entre el 85 y el 89, The Truth grabaron tres discos grandes, siendo Playground el primero de ellos, y por lo que he leído, el mejor con diferencia de todos, ya que tras este disco dieron varios bandazos sonoros, algo desastrosos, con diferentes formaciones. Pero lo importante es que nos dejaron este espléndido disco titulado Playground, repleto de excelentes canciones de pop soul muy en la línea del Speak like a children de los primeros Style Council de Paul Weller. Sin duda un disco a descubrir si no lo conoces, y te gustan estos sonidos con reminiscencias sesenteras.

 Publicado el  5/04/2006 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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