DR. DOG - Fate (2008)

Esa descuidada acústica junto a las acertadas armonías vocales con las que comienza The Breeze, la maravilla que abre este fabuloso Fate de Dr. Dog, ya te avisan de por donde van a ir los tiros. Lo sé, añoro aquella música, aquellas melodías de penetrantes requiebros, y desenlaces inesperados. Aquellos rotundos estribillos y  poderosas armonías vocales, que irrumpieron a finales de los 60, cuando los coloristas excesos de la psicodelia comenzaron a evaporarse.  Aquellos temas de tono nostálgico y crepuscular, que discurrían a medio camino entre el pop, el rock, y el folk, y que aún mantenían inesperados y audaces matices, tan propios de las atmósferas psicodélicas que comenzaban a decaer por aquellos días . Sí, todavía devoro con emoción el viejo Abbey Road de los Beatles, el Surf’s up de los Beach Boys, y el Magic Christian Music de Badfinger.  El  disco All Things Must Pass de George Harrison, y el fabuloso  Something/Anything de Todd Rundgren. Y aún disfruto como un poseso cuando me encuentro con un disco que recoge todas esas influencias, y las explosiona en un sincero y rotundo ejercicio de orfebrería pop, no carente de intensidad y repleto de sugerentes recovecos sonoros que amplifican su efectividad sonora.



Y Fate, es ante todo, eso. Un enorme monumento a aquel embriagador sonido de hace 40 años, ejecutado con una exquisita lucidez por esta panda de músicos americanos, un tanto desaliñados, que responden al nombre de Dr. Dog. Quinto disco en su discografía y tercero al que me rindo sin remisión, tras el excelente Takers & Leavers del 2006  y el fabuloso We all belong del pasado 2007, del que todavía no sé porque no llegamos a comentar nada por estos lares (cuestión de tiempo supongo), y que marca el camino por donde se desarrolla este fantástico Fate, que no me canso de escuchar desde el pasado verano.

 Un disco sin desperdicio, que desarrolla su tremendo poderío melódico, a lo largo de perfectos medios tiempos, que se avivan y atemperan sin previo aviso. Once temas directos, sin excesos ornamentales, donde guitarras, teclados, bajo y batería marcan las pautas, con puntuales y acertados arreglos de cuerda y viento, acompañados de unas cuidadas armonías vocales. Y aunque Dr Dog suenan americanos tienen un cierto regusto británico.

The breeze lo abre.  ¡Y de qué manera!. Delicada y sinuosa, con una irresistible melodía, mucha elegancia y grandes armonías vocales. Hang on es más dura, más desgarrada y abrupta, con ciertos tintes psicodélicos, pero igualmente irresistible. Army of Ancients se desenvuelve perezosa en un bello halo de dramatismo arropado por vientos y cuerdas. The rabbit, the bat and the reindeer, podría ser quizás ese single redondo de pop juguetón y estribillo irresistible que no dejarás de tatarear. From es posiblemente el tema más beatle del disco, una balada de sorprendentes melodías vocales atravesada por una elástica guitarra. Y para acabar The Beach y My friends los temas más guitarreros y rockeros del disco, necesarios para llegar al final con un subidón de adrenalina después de tanta melodía sublime.
Un disco casi perfecto de  Dr. Dog que podéis escuchar, en su página web   o  en el siguiente enlace de Spotify


Publicado el 3/12/2008 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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