PISTONES – Melodías popperas en el Madrid de los 80 - 3ª parte



Los Pistones, ¿os acordáis? “...como tantas tardes te olvisdaste de llamarme ...y como tantas tardes una copa y a marcharme...” ...Me voy a casa a hundirme en un sillón, a oír la radio o hacer una canción... Las siete menos cuarto. Si,

Las 7 menos cuarto de los Pistones, fue uno de esos temas que me cansé de tatarear y cantar una y otra vez en aquellos maravillosos 80, de los que ya hemos hablado por aquí. Estribillo pegadizo, guitarras trepidantes y un maraviloso teclado (que se asemejaba a los antiguos farfisas) que acompañaba sin desfallecer, la bonita melodía que finalizaba con unos coros que ampliaban el descarado pop por la cara de esta canción. Creo que no hace falta que diga más, los  
Pistones fueron y son uno de mis grupos favoritos de aquella nueva ola madrileña, tan descaradamente poppera en alguno de sus vértices. Formados por Ricardo Chirinos (guitarra y voz), Jose López (teclados y voz), Juan Luis Ambite (bajo) y Ramón López (batería), hicieron a comienzos de los 80 un buen puñado de maravillosas canciones pop, de ese pop refrescante y vital del que no se tenían noticias por aquí desde la eclosión beat/yeyé de los 60.




Ya en los primeros 80,  recorrían las emisoras “independientes” con una espléndida maqueta donde se incluían dos viscerales temas de pop rock, llenos de intensidad y pasión, Los Ramones y Vuelve Pronto, que aún hoy me suben la adrenalina hasta niveles desaconsejables. Dos temas que en poco más de dos minutos describen a la perfección la grandeza del pop, y que podréis encontrar en un interesante recopilatorio de la época llamado Maquetas, donde además de los Pistones se encuentran joyas de Tos (futuros Secretos) y los primeros Elegantes. Con el éxito de su maqueta, Los Pistones consiguieron un contrato con el sello independiente Twins-MR, de Paco Martín, con el que grabaron en el 81 y 82, dos maxis y un single, con los que consiguieron hacerse un hueco importante en la escena pop de aquellos días, gracias a temas tan memorables como la fantástica Las Siete Menos Cuarto, con la que abríamos el texto, la excelente Te brillan los ojos, otro de los grandes clásicos atemporales de la banda, una deliciosa melodía soportada por un trepidante teclado acompañado de unas efectivas guitarras, en las que nos contaban los efectos que comenzaban a aparecer en el protagonista de la canción tras sus primeros devaneos, con algunas sustancias prohibidas, o las fabulosas y misteriosas Metadona y Nadie, dos píldorazos de pop rock, con unas perfecta melodías de estribillos pegadizos, matizadas por un misterioso y sinuoso teclado, y la emotiva y clásica La Cazadora, una de las canciones más aclamadas por su público (especialmente por los mods) en sus intensos conciertos de aquellos días.




Grandes canciones, sencillez y vitalidad pop sin muchas pretensiones, en un entorno de modesto éxito, es lo que nos ofrecieron los Pistones en sus comienzos, a principios de los 80. Pero ellos, al igual que otros grupos de la época, también tuvieron su momento de éxito. En el 83, Ariola se hace con los derechos del sello MR y decide apostar por los Pistones. Elijen como productor a Ariel Rott que también participó en la elaboración de algunas canciones) apoyado por Peter Mcnamee, un ingeniero de sonido con muchas tablas y talento, y juntos realizan un disco que sorprende a todo el mundo. Un disco repleto de energía pop, con un sonido un poco más duro del que les caracterizaba, y una producción limpia y potente que enriqueció unas canciones que sonaron como nunca. Sí, de acuerdo, se perdió cierto encanto inocente y algo de frescura, pero se ganó en contundencia pop. Hablamos de Persecución editado en el 83, el disco que les dio sus 5 minutos de fama y que incluía temas tan memorables como las desgarradoras Lo que quieras oir, pop rock de primera categoría y quizás mi canción favorita de la banda, (medio tiempo al estilo de los Plimsouls) y el Último soldado, la potente Persecución, las nuevas y excelentes versiones de Nadie y Metadona, llenas de energía pop adictiva, la psicodélica Galaxia, los vibrantes temas de pop nuevaolero Flores condenadas y Mientes y el gran éxito, que fue el Pistolero, un pequeño pastiche de pop-rock bailable al estilo de los Clash en Sandinista, que curiosamente es la canción que menos me gusta del disco. Nadie esperaba este boom, pasaron de la segunda o tercera división del pop nacional a nivel de ventas, a estar en todas las televisiones, radios etc... Su momento de gloria sin duda alguna, que los dejó tocados, ya que a partir de aquí su estrella a nivel popular empezó a apagarse, de tal forma que tardaron tres años en editar su siguiente disco.

Canciones de Lustre, también producido por Ariel Rott. Un disco de un sonido menos efectista y vibrante, más clásico y atemporal, al que nadie le hizo mucho caso, aunque incluía algunos de los mejores temas que los Pistones grabaron, temas como el excelente Que el sol te de que parece enlazar directamente con la tradición de los mejores Brincos, o Palos de ciego, En una racha de viento y la preciosas baladas Quien te ha dicho que tendrás otra ocasión y El avaro, perfectos temas de pop rock ejecutados con maestría y precisión. Un disco al que sigo acudiendo de vez en cuando hoy en día, quizás con más asiduidad incluso que a Persecución. Posteriormente en el 87 sacaron un mini lp llamado Cien Veces No, con el que definitivamente les perdí la pista, y que volvía a incluir muy buenos temas de pop rock de toda la vida, entre los que destacaban Maldito el día,  Amiga Lola y el injustamente olvidado Cien Veces No, que es uno de sus grandiosos temas. Y esto ha sido todo, un modesto repaso a la historia de los Pistones, hecho de retazos de recuerdos propios, que espero sirva para que algunos os intereséis y acerquéis a su música. Os aseguro que si os gusta el pop rock de toda la vida, os merecerá la pena.

 Publicado el  25/01/2006 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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